La fosa del lobo. Lauren Wolk

Cristina Rebull
La fosa del lobo, de la escritora estadounidense Lauren Wolk, es una historia muy bien delineada y apasionante. Es una narración que atrapa al lector desde la primera página y lo lleva de la mano y en vilo hasta el punto final del último capí­tulo. La voz de Annabelle -una jovencita que vive sin mayores contratiempos, junto a su familia, en una granja de la Pensilvania rural-, es quien conduce el hilo de los acontecimientos, y quien nos sitúa de forma inesperada ante Betty Glengarry, una especie de estandarte de la maldad que llega a la escuela a la que asisten Annabelle y sus hermanos.  

A partir de ese encuentro se desata la lucha entre el bien y el mal. Y lo que al principio se presentan como simples travesuras juveniles, muy pronto se convierten en hechos crueles e irreversibles como la pérdida de un ojo de Ruth o la injusta cacerí­a de un veterano de guerra atrapado en acusaciones falsas. 

A esto se suma una gama de personajes propios de cualquier sociedad que colaboran con que la justicia llegue tarde o no llegue nunca. La tí­a Lily es uno de ellos, una mujer amarga que es capaz de juzgar sin medir las consecuencias. Y a pesar de que cuando ya no hay remedio se arrepiente, la tí­a Lily no pierde tiempo en clavar insidias y sospechas sobre el nombre de Toby. El mismo Toby que, afeitado y con ropas limpias -gracias a Annabelle-, conoce bajo el nombre de Jordan, comparten la cena y le parece un hombre excepcional.  

Pero no todo termina bien, lo que otorga a la novela un punto más a su favor: los acontecimientos se destuercen con deliciosa lógica, como podrí­an hacerlo en la vida misma, y no como desean ni los personajes ni el lector. La fosa del lobo, distinguida con la mención de honor de la Medalla Newbery en 2017, es una novela conmovedora, que tiene el encanto que producen las historias narradas a través de personajes y situaciones vivos.