El libro negro de los colores. Menena Cottin y Rosana Farí­a

Sandra Comino

Un libro que tiene la particularidad de estar escrito en braille “con traducción “ y las ilustraciones son sobre relieve. El texto habla de cómo son los colores para Tomás, quien los define con recursos literarios, comparaciones, metáforas, descripciones. Tomás los detalla como los siente, como los huele y las imágenes táctiles del libro son sobre un elemento que predomina en la definición. Por ejemplo, donde dice: "Según Tomás, el color amarillo sabe a mostaza, pero es suave como las plumas de los pollitos", la ilustración contiene plumas de todos los tamaños. Donde dice: "El rojo es ácido como la fresa y dulce como la sandí­a, pero duele cuando se asoma por el raspón de su rodilla", la imagen es una frutilla. Y así­ los colores se van asociando a cosas, sensaciones, olores, texturas. De este modo, el arcoí­ris puede estar formado por frutillas, plumas de pollitos y agua. El verde puede oler a césped, saber a helado de limón. Todos los colores pasan por el sabor, el gusto, el oí­do. Hasta el negro, "el rey de los colores", es asociado con abrigo, una cabellera o un abrazo.

El libro negro de los colores es una propuesta inclusiva porque se puede leer de diferentes maneras. Pero además de apelar a un doble receptor, vidente y disminuido en capacidad visual, puede ser una experiencia sensorial, para unos y otros; una manera de percibir los colores y oí­r como se ven.

Esta obra fue merecedora del primer premio en la categorí­a Nuevos Horizontes en la Feria del Libro Infantil de Bolonia, 2007.